a startup israelí Remilk, dedicada a la producción de lácteos sin animales, cerró una ronda de financiación por US$11,3 millones. La firma destinará los fondos recaudados a la expansión de sus capacidades productivas y de distribución.
La empresa utiliza la fermentación microbiana para igualar las propiedades de las proteínas lácteas, obteniendo auténticos sabores y texturas en derivados como queso, yogur y crema.
Además, la startup aborda las preocupaciones ambientales y de salud. En este sentido, en la elaboración de los productos se utiliza el 1% de la tierra, el 4% de la materia prima y el 10% del agua comparado con los productos lácteos de origen animal.
Sumado a esto, los derivados no contienen colesterol, lactosa, antibióticos ni hormonas de crecimiento.