Kutulas: la fábrica hizo de Salta un referente en la producción de huevos

En muy pocos años, el emprendimiento que inició Juan Kutulas en la provincia de Salta tiene números que impresionan. En la fábrica norteña de la firma que lleva su apellido, el hombre en cuestión posee más de 800 mil gallinas que se encuentran alojadas en doce galpones de ocho pisos cada uno, donde se producen cerca de 700 mil huevos por día. Referente en el mercado local, ya que además de esta producción cuenta con madres porcinas y se dedica a la siembra de maíz, soja y porotos negros, sueña con expandirse y aumentar sus capacidades.

Kutulas es un apasionado de la industria argentina y defiende con uñas y dientes la necesidad de generar valor agregado en las producciones. Como trabaja para crecer constantemente, realiza inversiones con el fin de ampliar los horizontes y facilitar el acceso a productos de calidad para todos los habitantes de nuestro país.

“Incorporamos en nuestra empresa una clasificadora de huevos que utiliza un sistema muy sofisticado, porque los golpea 32 veces para comprobar que no tengan ninguna fisura; es una máquina que trajimos de Holanda, tras una inversión de 1,6 millones de euros. No nos quedamos solo con la incorporación de nueva tecnología, sino que enviamos a nuestros mecánicos a que se capacitaran en Europa para poder utilizarlas correctamente”, explicó.

La empresa cuenta con la única planta de clasificación y empaque robotizada de la Argentina, que emplea a más de 300 personas. En cuanto a la producción porcina, la meta es llegar a las 2.400 madres. Por el momento, faenan en un frigorífico de la zona y elaboran chacinados que venden en el mercado regional. “La idea es tener una carnicería propia en Salta”, advirtió.

Por otra parte, hay planes de incorporar un nuevo galpón automatizador para 500 mil gallinas. El éxito se basa en la premisa de que nada se tira y todo se transforma. Desde Kutulas aseguran que el círculo virtuoso se completa con la producción agrícola, donde tienen alrededor de once mil hectáreas sembradas con maíz y soja, y cinco mil de poroto negro. Estos cultivos son fertilizados con el guano de las gallinas, que también comercializa en la zona.

El cereal y la soja propios se destinan básicamente a la alimentación animal, mientras que las legumbres se exportan a precios muy atractivos. “También compramos maíz y soja a productores de la zona para alimentar a las gallinas y los cerdos, porque con lo que hacemos no alcanza. Aquí hay una cuestión fundamental a tener en cuenta, que es que los granos tienen un valor mucho más bajo en la zona núcleo. A los productores de allí les conviene más venderlos localmente que mandarlos a los puertos por el precio de los fletes”, alegó.

La marca se encuentra en el Top 5 de los productores nacionales de huevos. El 100% de la producción se destina al mercado interno, principalmente a las provincias del NOA y Buenos Aires, a través de canales mayoristas. Por una cuestión de rentabilidad, la empresa comercializa sus productos en bandejas de treinta unidades a grandes distribuidoras del país.

“En un comienzo le vendíamos a los supermercados, pero todos los días nos cambiaban las reglas del juego y no cumplían con los precios o acuerdos pactados. Entonces, decidimos hacernos fuertes en otros frentes con excelentes resultados”, relató Kutulas.

En relación a sus deseos de exportar, el emprendedor reconoce que, por el momento, debido al tipo de cambio y los altos costos internos, el panorama a futuro luce desalentador. Sin embargo, el objetivo es seguir creciendo y, con trabajo y perseverancia, llegar a nuevos destinos.