Yamalex, además de ser un emprendimiento productivo, es una historia de vida familiar. La familia Rasetto vive en Lucio V. López, un paraje al sur de Santa Fe, y allí llevan adelante una producción muy original: elaboran chacinados y embutidos realizados con carne de conejo. “Comenzamos en el 2002 con un criadero de pocas madres, unas veinte aproximadamente. Era una economía de autoconsumo que fue creciendo y empezamos a vender a clientes particulares”, cuenta Marta.
Para mantener el negocio, los Rasetto sabían que tenían que generar un producto diferenciado: comenzaron a probar con un salame y una bondiola de conejo. “Al ver que salían productos buenos, comenzamos a fabricarlos de manera casera y supimos enseguida que podía ser un producto original para el mercado y con futuro”, acota Ariel. Así, por medio de un proyecto que estaba en marcha en la Escuela Agrotécnica de Carcarañá, se realizó una sala de elaboración de alimentos, la cual cuenta con una habilitación municipal, y desde donde se elaboran todos los productos de Yamalex.
Los animales se crían y engordan en el establecimiento. El criadero cuenta con 80 madres y una producción continua de conejos que les permite planificar la elaboración de los subproductos. El manejo es con servicio rotativo, lo que les posibilita obtener alrededor de 300 conejos cada cuarenta días. De allí son enviados a un frigorífico en Totoras, ubicado a unos 30 kilómetros de distancia. Actualmente, elaboran salames, bondiolas, patés, arrollados, empanadas y hamburguesas.