Líderes: mantener el positivismo bajo control

egún un estudio de The Leadership Quarterly, los líderes deben dejar de impulsar la positividad exagerada. “Vivimos en una sociedad donde predominan las imágenes y aspiraciones grandiosas e idealizadas”, dice el coautor del estudio Mats Alvesson, profesor de la Universidad de Lund, en Suecia.

Alvesson dice que al hablar sobre el liderazgo se cae en la trampa de “las tendencias populares que son ligeras en la evidencia y crean una visión del mundo engañosa, falsa e hipócrita”. Según él, esto da como resultado líderes demasiado optimistas, poco realistas y, tarde o temprano, compañeros de trabajo cínicos y decepcionados. “El liderazgo no funciona si no se basa en la realidad”, sentencia.

Aunque puede parecer que la positividad es un rasgo necesario para los líderes, el problema con las tendencias en la teoría del liderazgo es que a menudo se basan en estudios empíricos débiles, afirmaciones no respaldadas, una visión simplista de la vida corporativa y otros defectos, argumentan los autores.

Es una tendencia que Amie Devero, experta entrenadora ejecutiva, ve en los fundadores y líderes de startups. Sus clientes están sujetos a la “trampa de positividad” porque están inmersos en el éxito de las nuevas empresas de rápido crecimiento que lideran. Quieren mantener a sus equipos energizados y enfocados, en lugar de preocuparse por el origen de la próxima ronda de financiación.

Ser demasiado positivo también niega a su organización el beneficio de la creatividad y limita las habilidades de resolución de problemas de sus empleados, dice Anne Baum, ejecutiva de Lehigh Valley y vicepresidenta de canales de distribución y relaciones laborales de Capital BlueCross.

“Si entrás en una habitación y anunciás que es un gran día cuando tu empresa está perdiendo US$20 millones de dólares, nadie te va a creer; peor aún, podrían pensar menos de ti”, señala. En cambio, sugiere enfocarse en identificar dónde están las áreas de oportunidad para revertir ese déficit, dándoles a todos la chance de aportar sus ideas. Si intentás pasar por alto problemas reales, es posible que tu equipo no tenga la oportunidad de encontrar soluciones.

Por lo tanto, ser irrealmente positivo puede ser perjudicial. “Creo que debemos reconocer las imperfecciones y conocer nuestras limitaciones y defectos”, asegura Alvesson, al tiempo que afirma: “La presión por el conformismo es a menudo bastante fuerte”.

No obstante, cuando se trata de la verdadera autenticidad, Alvesson y Katja Einola, profesora asistente en la Escuela de Economía Hanken de Finlandia, coinciden en que es difícil conocer realmente nuestro ser auténtico. Entonces, si necesitamos mantener nuestro pensamiento positivo bajo control y reconsiderar la autenticidad, ¿dónde deja eso a los líderes en su búsqueda de ser más efectivos?

“Dejá de lado las teorías del liderazgo pop e intentá equilibrar la integridad y la honestidad con las tremendas y crecientes demandas de conformismo y gestión de impresiones. Necesitamos luchar por un mejor equilibrio y mantener mejor la integridad”, dice Alvesson. “No creo que las personas en la mayoría de los lugares de trabajo puedan ser auténticas, aparte de en pequeños círculos, pero podemos tratar de trabajar contra muchas formas de hipocresía y también reducir las tonterías corporativas que tienden a aumentar”, finaliza.