ara mantener la sanidad en los tambos se exige involucrar la profilaxis y la prevención de enfermedades infectocontagiosas y parasitarias. Las primeras se previenen a través de una estrategia vacunal eficiente, mientras que las segundas, en animales jóvenes, con un programa estratégico racional antiparasitario.
A eso se suman otros problemas cuya solución está en el manejo adecuado y adaptado a cada sistema de producción, clima y región, como por ejemplo: estrés calórico, problemas reproductivos y sanidad de las ubres. Ninguno de ellos se resuelve solamente con vacunaciones o medicamentos.
En momentos de crisis como inundaciones, cuando los animales sufren estrés, la sanidad se resiente porque bajan las defensas, especialmente en categorías jóvenes y en las vacas durante el periparto.
En general, aumentan los gastos de sanidad entre un 5% y 10% a consecuencia del incremento de casos de mastitis, trastornos podales por el barro y problemas reproductivos durante el parto y el puerperio de las vacas.
Por este motivo, dejar de vacunar o desparasitar es un grave error. Es recomendable maximizar los efectos de la prevención y profilaxis, y estimular acciones de bienestar animal y confort para reducir el estrés.
Es importante aumentar los controles de higiene en la guachera: lavado de utensilios, provisión de leche y agua segura y adecuada en los momentos correctos, con sombrea y sin excesos de humedad, evitando contaminaciones a través de charcos, y por presencia de otros animales. Además, hay que ser muy cuidadosos con el cambio de alimento, que siempre debe ser de buena calidad y estar almacenado en un lugar fresco, y ser ofrecido en baldes o comedores limpios.
Respecto a las enfermedades en la guachera, criptosporidiosis y coccidios son enfermedades parasitarias con predisposición a lugares húmedos, barrosos y encharcados donde hay falta de higiene. La prevalencia de ambas aumenta cuando hay inundaciones y lluvias con efectos sanitarios causales de diarrea y deshidratación, y se puede complicar más el cuadro si la estrategia vacunal no fue adecuada.
En vacas adultas puede ocurrir una baja de producción individual. A pesar de alguna recuperación, el estrés y la pérdida de estado tienen un efecto residual a lo largo de la lactancia. Además, la protección contra el aborto jamás debería descuidarse, a través de vacunaciones anticipadas, eficazmente realizadas, durante el preservicio, que deberá incluir leptospirosis, campilobacteriosis y las virales abortigénicas (IBR-DVB), además de otras indicadas por el veterinario. También se recomienda asegurarse que solo ingresen animales de establecimientos oficialmente libres de brucelosis y tuberculosis.
Aplicar un plan de control de mastitis y calidad de leche completo, adecuado a cada rodeo, monitoreado antes, durante y después del ordeño, permitirá preservar la salud de las ubres y mantener niveles adecuados de calidad higiénica, composicional y sanitaria de la lecha producida y establecer la rutina de ordeñe adaptada a cada sistema de producción.