n medio de la temporada alta de café, Colombia atraviesa la peor crisis del sector. Mientras el aislamiento y el miedo al contagio impiden el traslado de trabajadores temporales a los cafetales, los agricultores advierten sobre posibles pérdidas en las cosechas. El brote de coronavirus ha afectado a los países productores de café, poniendo en jaque a la totalidad de la cadena de suministro a nivel mundial.
En el caso de Colombia, la cosecha se ve seriamente perjudicada por la falta de mano de obra temporal disponible en la región de Antioquía. En un contexto normal, los agricultores de la zona emplean a 32.000 trabajadores provenientes de otras partes del país. Dada la imposibilidad de trasladarse, los cafetales cuentan con 7.000 empleados menos.
Para hacerle frente a esta situación, los establecimientos cafeteros trabajan en la implementación de nuevas medidas de seguridad, como la instalación de estaciones de lavado de manos y controles de temperatura en las plantaciones y zonas de hospedaje. En este sentido, las granjas decidieron invertir en la ampliación de dormitorios y en tiendas de campaña adicionales, lo que les permitirá a los trabajadores mantener la distancia social en las áreas de esparcimiento y descanso.