l diferencial arancelario que reconocía el valor agregado a la harina y el aceite de soja fue eliminado en octubre de 2018. La medida tuvo un impacto negativo en el sector, restringiendo el incremento en la capacidad de pago de la industria y, por ende, reduciendo los ingresos de los agricultores.
Un reciente estudio consideró la relación entre el precio FAS de mercado (Matba-Rofex) versus el valor de recupero de la industria, según los precios de sus derivados –el aceite y las harinas por sus rendimientos–, mientras estuvieron vigentes los diferenciales arancelarios y desde octubre del 2018 a la fecha cuando se eliminaron.
Los resultados arrojaron resultados reveladores: a la hora de comparar los montos acumulados, la ventaja se dio a favor de los precios FAS “ajustados”, totalizando un valor cercano a los US$300 millones de pérdida debido a la ausencia del escalonamiento arancelario para la soja hasta ahora..
A modo de conclusión, esto pone de manifiesto cómo la existencia de este tipo de incentivos no solo presenta una serie de ventajas para el país en materia de ingreso de divisas, posicionamiento en los mercados mundiales y generación de empleo, entre otros, sino que también permite el acceso de los productores a un precio más alto por su mercadería.