Agro Turismo / Parques Nacionales

Diez animales icónicos de los parques nacionales argentinos

El yaguareté se diferencia del leopardo por sus rosetas con más puntos negros, con una forma y distribución distinta en cada ejemplar, casi de la misma manera que una huella digital

Diez animales icónicos de los parques nacionales argentinos
viernes 22 de mayo de 2020
E

stos diez animales aparecen en los logos de los parques nacionales argentinos como símbolo de cada una de las áreas protegidas. Son emblema de las regiones de nuestro país, y algunos, como el yaguareté y la taruca, tuvieron su momento de fama en los billetes de 100 y 500 pesos argentinos. Sin embargo, están en peligro de extinción, estado crítico, vulnerabilidad o de amenaza en el mundo.

 

1) Oso hormiguero

Su nombre en guaraní, Yurumí, significa “boca pequeña”. Esto explica, en parte, que se alimente de hormigas y termitas, con períodos de alimentación de menos de un minuto en cada hormiguero o termitero, ya que los abandona antes de haber agotado las presas disponibles, cuando el número de “soldados” que lo pican se hace superior al de “obreros”. Por este motivo, un oso hormiguero necesita visitar, cada día, muchos lugares para alimentarse.

Pariente de armadillos y perezosos, se trata de la mayor especie viviente de su familia y se lo puede ver en Belice, el sur de México y en el norte y litoral argentino, donde se lleva adelante el Proyecto Iberá con el objetivo de devolver la presencia de este mamífero a la región de los Esteros de Iberá y áreas limítrofes.

 

2) Tapir

Grandes nadadores y buceadores, también se mueven con velocidad en tierra. Durante el día recorren lugares más escondidos, mientras que cuando cae el sol se van hacia zonas más abiertas, como matorrales o pastizales, ríos y lagunas. El tapir es el mayor herbívoro terrestre de la Argentina y es nativo del norte de nuestro país. Se lo puede encontrar en selvas, espinales y humedales de América del Sur.

Una de sus particularidades es que se adaptan fácilmente a nuevos ambientes y dietas, lo que hace que sea más fácil su relocalización. Sin embargo, esta posibilidad no los salva de entrar en la categoría de especie en peligro de extinción en la Argentina, donde su área de distribución se redujo en un 50% en los últimos años.

 

3) Yaguareté

Su tamaño y su rugir lo hacen temible, y su pelo brillante y su parecido con el leopardo le dan cierta elegancia. Es esa combinación la que los hace particularmente atractivos. ¿Cómo distinguimos al mayor felino de América, y el tercero del mundo después del tigre y el león, de un leopardo? Ambas especies tienen rosetas en su pelaje, pero las del yaguareté tienen dentro uno o más puntos negros, mientras que las del leopardo no. De hecho, la forma y distribución de esas rosetas o manchas son distintas en cada ejemplar y eso permite identificar a cada individuo, casi de la misma manera en la que es posible reconocer a las personas al analizar sus huellas digitales.

Basta con mirar un mapa de distribución del yaguareté en América del Sur para darse cuenta de que su situación en nuestro país es realmente crítica: se estima que en la Argentina quedan menos de 250 ejemplares repartidos en las yungas de Salta y Jujuy, Misiones y el Chaco central.

 

4) Aguará Guazú

De andar desgarbado, patas largas, crin negra y un particular pelaje rojizo, este solitario animal no es ni un zorro ni un lobo, aunque su nombre en guaraní signifique zorro grande. Durante los meses de reproducción se pueden oír los gritos de machos y hembras comunicándose a la distancia.

Se trata de una especie única dentro del género Chrysocyon. Es el cánido de mayor tamaño de Sudamérica que habita en cinco países: Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay. En la Argentina se distribuye en las provincias de Formosa, Chaco, Misiones, Corrientes, Entre ríos, Santa Fe, Santiago del Estero y Córdoba.

 

5) Huemul

En el imaginario colectivo sigue apareciendo la figura de Bambi, el indefenso personaje de Disney, cada vez que se habla de casi cualquier tipo de ciervo y más cuando se trata de animales que habitan en la Patagonia, que –según dicen– habría servido de inspiración para crear los escenarios de la película. Sin embargo, Bambi no era un huemul.

Shoam para los tehuelches y güemul para los araucanos, el huemul es una de las especies de cérvidos autóctonos que habitan solo en los bosques de la Patagonia argentina y chilena. Suele vivir en grupos reducidos, compuestos generalmente por un macho y una hembra con sus crías. La última estimación menciona unos 1.500 ejemplares entre los dos países, cifra que lo coloca en serio peligro de extinción.

Declarado monumento natural junto con la taruca en 1996, el hippocamelus bisulcus enfrenta diferentes problemas de conservación. Por eso, desde 1992, la Administración de Parques Nacionales cuenta con un programa específico para proteger al huemul en todos los parques nacionales donde habita.

 

6) Pudú

Pudu puda es el ciervo más pequeño del mundo, endémico de la Patagonia. En este caso, su aspecto físico no nos recuerda a Bambi ni tampoco a cualquier otra imagen mental que tengamos de un ciervo.

En la Argentina, su presencia se extiende desde el suroeste de Neuquén hasta el suroeste de Santa Cruz. El área de mayor concentración parecería ser la zona oeste de los lagos Epulafquen, Carilafquen y Curruhué.

 

7) Chancho quimilero

Esta especie de pecarí se alimenta principalmente de las partes carnosas de cactáceas, en especial del “quimil”, un cactus muy común en la zona chaqueña y por el que recibe su nombre en la Argentina. En Paraguay y Bolivia, países en los que también habita, se lo conoce taguá y jabalí solitario. Otros apodos que recibe son: pecarí del Chaco, jabalí orejudo, chancho moro o collarejo.

Por varias décadas fue considerada una especie extinta, hasta que a principios de la década del setenta el zoólogo Ralph Wetzel encontró ejemplares vivos en el Chaco paraguayo.

El quimilero es el más grande en tamaño de su familia (llega a tener una longitud promedio de 1,1 m.). Su pelo de cerdas es generalmente de color marrón o gris, y se diferencian de otras especies de pecaríes por tener orejas, hocicos y colas más largos. Cuando se ponen nerviosos o se asustan, huyen y levantan los pelos de su espalda. Mientras escapa, rocía secreciones de sus glándulas dorsales que envía una señal para que otros pecaríes mantengan unido al grupo y formen una barrera. Hoy, se calcula que hay todavía algunos miles de individuos de esta especie, pero no se tiene precisión.

 

8) Huillín

Los principales enemigos de esta especie de nutria de pelo aterciopelado color café, propia de la Patagonia, son la destrucción de los bosques y la contaminación de los ríos, y es probablemente la nutria con menor área de distribución del mundo.

También conocida como gato o nutria de río, habita ambientes marinos y de agua dulce del sur de Chile y algunos territorios aislados de la Argentina. A diferencia de otras nutrias que se alimentan de peces, ésta escarba el fondo de los ríos y las orillas con sus patas delanteras en busca de camarones, cangrejos y otros crustáceos. Entra la vegetación de las orillas tienen sus madrigueras, donde descansan y protegen a sus crías cuando son recién nacidas.

 

9) Taruca

Es un animal muy tímido, trepador, que rehúye más de la presencia humana que los huemules, aunque es probable que este comportamiento se deba a la caza. Le dicen “huemul del norte” y suele andar en grupos de entre dos y veinte ejemplares por los faldeos de los Andes, desde Perú hasta el noroeste argentino.

Tarucas, endémicas del Norte, y huemules, de la Patagonia, son cérvidos de la cordillera, pero no se visitan entre sí. Y si bien ambos fueron declarados Monumento Natural en 1996, el primero tiene mucho menos prensa que su pariente austral.

La taruca habita las zonas montañosas de Perú, el extremo norte de Chile, el oeste de Bolivia y el noroeste de Argentina, donde se ha registrado su presencia en La Rioja, Catamarca, Jujuy, Salta y Tucumán. Se adapta a zonas de clima, pero prefiere los faldeos rocosos pobres en vegetación de las sierras subandinas, donde llega a alturas de entre 3.300 y 5.000 metros, sin incursionar en la puna.

 

10) Puma

Su figura elegante no aparece en el logo de ningún parque nacional, pero es el Rey León del Parque Nacional Patagonia, en Santa Cruz. El puma, predador tope de las mesetas australes, está siendo monitoreado por expertos de Rewilding Argentina para que cumpla con su rol ecológico de regular todo el ecosistema y sea el eje de futuros avistajes como propuesta de turismo sustentable.

Son ninjas: sigilosos, mimetizados con los cañadones, asoman apenas las orejas detrás de una piedra o de un coirón cuando perciben la presencia humana.

Hay seis ejemplares, dos de ellos hembras, que están siendo rastrillados con collares satelitales para saber a diario su ubicación y comportamiento. Los biólogos quieren probarles a los estancieros que el sistema está armoniosamente regulado con su presencia, que no son plaga y que se los puede mantener lejos de las ovejas con tres acciones: perros pastores, la conservación del guanaco como alimento y la instalación de luces con sensores de movimiento.

Los pumas viven unos 12 años y se desplazan 150 km por semana en busca de alimento. Se mueven en áreas enormes, de entre 10.000 y 20.000 hectáreas.

¡Envianos tus Contenidos!

Difundí tus Ideas, Conocimientos, Experiencias, Opiniones y Proyectos.


¡Juntos el Campo es más fuerte!










¡Juntos por la eliminación
de las Retenciones!

Te invitamos a contarle a todos los argentinos por qué es bueno eliminar las Retenciones.

¡Sumá tu Stand!

Publicá tu marca en la plataforma líder del agro y aumentá tus ventas hoy.

Recibí los mejores contenidos

Suscribite a nuestro Newsletter y sigamos agregando valor.

Agroempresrio

¡Contenidos que agregan valor!